Septiembre 2023
¡Hola! Soy Xavi de Bleta. Seguramente habrás oído en las noticias sobre la brecha digital y los problemas que genera en las personas mayores, porque está a la orden del día. No son los únicos que la sufren, ni su solución es inmediata. Aun así, es nuestra misión romperla pedazo a pedazo, así que vamos a analizarla para saber encontrar dónde poner soluciones.
El mundo está cada vez más digitalizado: para trabajar, hacer gestiones rutinarias, comunicarnos con nuestros seres queridos, estar informado y entretenido necesitamos acceso a dispositivos, conexión a internet y aprendizaje. Sin embargo, muchas personas no tienen el mismo acceso a esas tecnologías tan necesarias por diferentes motivos.
¿Qué es la brecha digital?
La brecha digital es “la desigualdad en el acceso, uso o impacto de las Tecnologías de Información y la Comunicación (TIC) entre grupos sociales”, según la definición de la Cruz Roja, que organiza estos grupos sociales en base a edad, nivel cultural, género, zona geográfica o recursos económicos disponibles. En otras palabras, podemos definirla como la diferencia en la capacidad de aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo digital. Esta brecha puede manifestarse en distintos niveles, desde la falta de acceso a internet hasta la falta de habilidades para utilizar herramientas digitales básicas.
¿Cómo afecta la brecha digital en España?
En España, la brecha digital es una realidad que afecta a diversos sectores de la población. Según el Digital Economy and Society Index (DESI) que publicó la Comisión Europea en 2022, entre los 27 estados miembros de la UE España ocupa el séptimo lugar en nivel de digitalización.
Dentro de ese estudio, aprobamos con buena nota los componentes de conectividad y servicios públicos digitales, aunque se apunta que debemos mejorar en capital humano y en integración de las tecnología digitales en la actividad empresarial, lo que demuestra dos grandes brechas digitales: de acceso (referida tanto al número de dispositivos por persona, sobre todo en municipios pequeños, como a la calidad de acceso, que sigue siendo desigual e insuficiente, especialmente en el mundo rural y la España vaciada) y, por otro lado, por tamaño empresarial, referida a la transformación digital de las PYMES.
Consecuencias de la brecha digital
Pero, más allá de consecuencias macroeconómicas, que pueden aparecer en las páginas salmón de los diarios, la brecha digital, especialmente la que afecta a los usuarios de a pie, capitaneados en este caso por la tercera edad, puede tener consecuencias directas en las acciones del día a día.
Desigualdad
No tener acceso a muchas de las gestiones rutinarias como las cuentas bancarias, los gastos de suministros, el sistema de salud o trámites administrativos hace que no todos tengan las mismas oportunidades. Eso se puede traducir en no tener un mismo acceso al trabajo, al precio de suministros o al comprar bienes e incluso no estar a tiempo o perder prioridad en una lista de espera, que puede ser de salud u otros temas importantes.
Dependencia
No poder hacer o incluso estar enterado uno mismo de las cosas que hemos mencionado anteriormente añade un grado de dependencia muy grande a muchas personas que podrían hacerlos por sí mismas. Esto frena el desarrollo personal en personas jóvenes y empeora en gran medida la independencia de las personas según envejecen, complicando tareas que sus capacidades físicas y cognitivas sí les permitirían.
Aislamiento
Además, con las tecnologías digitales nos comunicamos con nuestros seres queridos, nos informamos y nos entretenemos. Gran parte de las interacciones sociales se basan en comentar intereses comunes y eventos culturales o sociales a nuestro alrededor. Complicando el acceso a ellas, las personas quedan aisladas.
Causas de la brecha digital
Ya sabemos cuál es el problema, pero ¿por qué ocurre? ¿Cuáles son las circunstancias que confluyen para que aún exista una importante brecha digital en nuestro país?
Desconocimiento y alfabetización digital
Igual que la alfabetización del lenguaje escrito nos da acceso a leer muchísima información y también a escribir para comunicarla por muchos medios, la alfabetización digital (saber utilizar las tecnologías digitales) nos conecta con mucha información y entretenimiento y nos permite interactuar con ella, participando incluso.
La alfabetización digital toma muchas más formas que la tradicional: tratar de entender qué dispositivo es el que estamos usando, cómo movernos por él, dónde se guardan los datos, de quién provienen, cómo gestionar nuestras opciones de privacidad, qué debemos compartir y qué no y un largo etcétera. Con eso nos damos cuenta de que todos estamos en nuestro camino de la alfabetización digital, y nuevos retos de aprendizaje aparecen según nuevos paradigmas digitales aparecen. Basta con aprender a hacer todas las gestiones bancarias desde su aplicación para que tengamos que saber sobre los cientos de criptomonedas y las implicaciones que tienen.
La cultura de internet ha incluido un sentimiento general de “apréndelo tú mismo, está todo a tan solo una búsqueda si sabes cómo preguntar”. Esto es muy beneficioso, porque saber aprender es el mejor aprendizaje. Sin embargo, vivir en esa cultura puede hacer que fácilmente perdamos la paciencia o hagamos tirar la toalla a aquellos que están en sus primeros pasos en el aprendizaje digital. No debemos dejar a nadie atrás.
Dificultad de acceso
La dificultad de acceso a la tecnología tiene dos ámbitos diferenciados e igualmente problemáticos:
- Por un lado, se refiere a la posibilidad de adquirir un dispositivo, ya sea un teléfono móvil, un ordenador o una tableta y aprender a configurarlo y manejarlo, lo que puede incluir comprender su sistema operativo, instalar y actualizar programas, comprender las opciones de privacidad y almacenamiento de datos…
- Por otro lado, tiene que ver con la cobertura de Internet, necesaria para la gran mayoría de las funciones que pueden realizar estos dispositivos. De nada sirve que hagamos un esfuerzo en educación en competencias digitales de los grupos sociales en riesgo (entre los que destacan las personas mayores, especialmente en el medio rural) si no va acompañado de inversiones y actuaciones para que puedan disfrutar de conexiones rápidas y de calidad, que les permitan disfrutar de lo aprendido e incorporarlo a su vida diaria. Ambas estrategias deben ir juntas y remar en la misma dirección.
Descorazonamiento
Ante las causas anteriores de brecha digital, una persona puede creer (o puede hacérsele creer) erróneamente que no está hecha para las tecnologías, o viceversa. Los estigmas juegan un gran papel negativo en el abandono de las tecnologías digitales. Ello lleva a la pérdida de motivación, que frena mucho el aprendizaje y ensancha la brecha según el tiempo y el desarrollo tecnológico avanzan.
Tipos de brechas digitales
Puesto que se refiere a distintos grupos socioeconómicos y en muy diversas circunstancias, no es completamente correcto hablar de brecha digital, sino de brechas digitales, cada una de las cuales hace referencia a un tipo de persona o circunstancia concreto. Estas son algunas de las más importantes.
Foto de Tima Miroshnichenko en Pexels
Brecha digital en personas mayores
La brecha digital en personas mayores se refiere a la disparidad en el acceso, comprensión y uso de la tecnología de la información y la comunicación (TIC) entre personas de edad avanzada y el resto de la población. Esta brecha puede manifestarse de varias formas:
- Acceso a la tecnología: muchas personas mayores pueden carecer de acceso a dispositivos como computadoras, tabletas o teléfonos inteligentes, ya sea por falta de recursos económicos o por falta de conocimientos sobre cómo usarlos.
- Habilidades digitales: incluso si tienen acceso a la tecnología, algunas personas mayores pueden carecer de las habilidades necesarias para utilizarla de manera efectiva. Esto puede incluir la falta de conocimientos básicos sobre cómo navegar por Internet, enviar correos electrónicos, utilizar aplicaciones móviles, etc.
- Aversión al riesgo: algunas personas mayores pueden sentirse intimidadas por la tecnología o preocupadas por cometer errores al usarla. Esto puede llevarlos a evitar el uso de dispositivos digitales por completo.
- Falta de interés: algunas personas mayores pueden no ver el valor o la relevancia de la tecnología en sus vidas, lo que lleva a una falta de motivación para aprender a usarla.
- Barreras físicas: la edad puede traer consigo limitaciones físicas que dificultan el uso de dispositivos tecnológicos, como problemas de visión, audición o destreza manual.
Para abordar la brecha digital en personas mayores, es importante implementar programas de alfabetización digital específicamente diseñados para este grupo demográfico. Estos programas pueden incluir clases presenciales o en línea, materiales educativos adaptados a sus necesidades y habilidades y servicios de apoyo técnico dedicados. Además, es esencial fomentar una cultura inclusiva que valore la participación de las personas mayores en el mundo digital y reconozca sus contribuciones.
Brecha digital generacional
Similar, aunque no exactamente igual a la anterior, se refiere a las disparidades en el acceso y la habilidad para utilizar tecnologías digitales entre diferentes generaciones, especialmente entre los más jóvenes y los más mayores y se demuestra, especialmente, en las habilidades digitales de cada grupo de edad: cada vez más, los jóvenes crecen utilizando tecnología desde una edad temprana lo que facilita su adaptación a nuevas plataformas y aplicaciones, mientras que los adultos mayores pueden enfrentar mayores desafíos para aprender y utilizar estas herramientas.
Además, incluso si las personas mayores tienen acceso a la tecnología, es posible que no la utilicen de la misma manera que las generaciones más jóvenes. Por ejemplo, pueden ser menos propensos a utilizar redes sociales o realizar compras en línea.
Esta brecha digital generacional puede tener importantes implicaciones sociales y económicas, ya que puede excluir a ciertos grupos de participar plenamente en la sociedad digital y acceder a oportunidades educativas, laborales y de entretenimiento. Por lo tanto, es importante abordar estas disparidades mediante programas de alfabetización digital, acceso equitativo a la tecnología y diseño de productos y servicios digitales que sean accesibles para todas las edades.
Brecha por accesibilidad
Dificultades visuales, auditivas, motoras o cognitivas suelen ser las más reconocidas y las más directamente tratadas. Las consecuencias típicas son no poder utilizar la tecnología independientemente, por no poder interactuar con ella, ya sea por no poder percibirla o entenderla (ver, escuchar o entender lo que nos dice) o por no poder responderla físicamente (tocar o deslizar una pantalla o hablar).
Botones grandes, lectores en voz alta del texto en pantalla o mensajes recibidos, pulsadores externos e interfaces con diseño simplificado son algunas de las soluciones más reconocibles a este tipo de brecha digital, y la mayoría entiende qué pretenden resolver cuando se explican.
Pese a lo extendidas que están estas necesidades en la población general, la mayoría de dispositivos, sistemas operativos y programas no están preparados para cubrir esas necesidades o sus soluciones quedan a medio camino sin seguir recibiendo más desarrollo activo.
Brecha económica
Las personas con dificultades económicas en países económicamente desarrollados tienen más complicado el acceso a los dispositivos electrónicos como ordenadores, smartphones y tablets, a sus programas y contenido, que a menudo requieren de pagos periódicos para usarse.
Esta situación es todavía más acentuada en países en que el salario medio o el valor de su moneda son menores respecto a los países para quienes los dispositivos son fabricados. Puede ir acompañada de una infraestructura no actualizada, como puede ser el ancho de banda de internet.
La dificultad económica de acceder a la tecnología se traduce en que las personas que sufren de esta componente de brecha digital tienen que usar modelos a menudo antiguos y desactualizados, que no siempre reciben soporte técnico del dispositivo y los programas y servicios que usan. Por ejemplo, pueden encontrarse a menudo con que versiones recientes (o incluso, las únicas funcionales) ya no sean compatibles con el dispositivo y sistema operativo que tienen.
En casos todavía más extremos, hay personas que no han tenido prácticamente ningún tipo de acceso a esa tecnología digital. Para ellas, la falta de alfabetización digital les puede resultar problemática en muchos ámbitos, como las oportunidades laborales, la competitividad o el acceso a información y otros recursos.
¿Dónde se da más la brecha digital?
La brecha digital puede manifestarse de diferentes maneras en diferentes partes del mundo, pero generalmente se observa que las disparidades son más pronunciadas en regiones con menos desarrollo económico y acceso limitado a recursos tecnológicos. Algunos lugares donde la brecha digital tiende a ser más prominente incluyen:
- Países en desarrollo: en muchas naciones en desarrollo, el acceso a la tecnología puede ser limitado debido a factores económicos, una infraestructura insuficiente y barreras culturales.
- Áreas rurales: incluso en países desarrollados como España, las áreas rurales a menudo enfrentan mayores desafíos en términos de acceso a internet de alta velocidad y otros servicios digitales, lo que a su vez contribuye a una brecha digital más amplia entre generaciones, ya que las personas mayores en áreas rurales pueden tener menos acceso y menos experiencia con la tecnología.
- Grupos marginados: minorías étnicas, personas con discapacidades, personas de bajos ingresos y personas mayores, entre otros grupos, a menudo enfrentan mayores barreras para acceder a la tecnología y desarrollar habilidades digitales.
Si bien la brecha digital puede ser más evidente en ciertas áreas geográficas y entre ciertos grupos de población, es importante reconocer que también puede existir en contextos urbanos y en países desarrollados. Abordar estas disparidades requiere esfuerzos tanto a nivel local como global para mejorar el acceso a la tecnología, proporcionar oportunidades de educación digital y promover la inclusión digital para todas las personas, independientemente de su edad o ubicación.
¿Cuáles son los beneficios de superar la brecha digital?
Superar la brecha digital conlleva una importante serie de beneficios tanto a nivel individual como social. Aunque podemos hablar de un mejor acceso a la información, mayores y mejores oportunidades educativas y desarrollo socioeconómico superior, vamos a destacar dos de las, a nuestro juicio, mayores ventajas de superar la brecha digital.
Por un lado, la tecnología puede facilitar la conexión y la participación en la comunidad y en la sociedad en general. Superar la brecha digital puede promover la inclusión social al permitir que las personas se conecten con otros, participen en debates públicos, accedan a servicios sociales y ejerzan sus derechos cívicos en línea.
Por otro, la tecnología puede desempeñar un papel importante en la mejora de la salud y el bienestar al proporcionar acceso a información sobre salud, servicios de telemedicina, aplicaciones de seguimiento de la salud y recursos de bienestar mental. Superar la brecha digital puede permitir que más personas se beneficien de estos recursos y servicios.
El objetivo: Reducirla
¡No estamos hablando de la brecha digital si no es para romperla! Esta es directamente la misión de Bleta: poner todos los recursos para que todos hagamos nuestro camino en la tecnología digital. En la actualidad estamos trabajando para romper la brecha digital en las personas mayores, con el objetivo de romperla para todos según avanzamos.
Mirando esta brecha digital de la forma más simple, se suele reconocer solamente la dificultad de acceso y desconocimiento. Por eso tradicionalmente se ha tendido a comprar un dispositivo de baja calidad o incluso uno paternalista que solo permite hacer un par de funciones, pero no incentiva a usar más funciones que pueden ser de gran beneficio según se va alfabetizando digitalmente.
Pero la experiencia nos dice lo contrario: simplemente comprar un dispositivo no es suficiente. Hay que ofrecer una combinación de otras soluciones para que una de las causas, como la falta de alfabetización digital, no pese demasiado y el camino de aprendizaje digital no se abandone o se quede frustrado por falta de recursos.
Conclusiones
Romper la brecha digital es un reto muy ambicioso, pero se la tenemos jurada. Vamos a seguir poniéndote al alcance las herramientas para que la tecnología digital esté en manos de todos, sobre todo de las personas mayores. En futuras publicaciones trataremos individualmente los temas presentados aquí. ¡Hasta la próxima!
Aprender más
Te recomiendo seguir leyendo sobre qué es la brecha digital en los siguientes enlaces:
- [Iberdrola] La brecha digital en el mundo y por qué provoca desigualdad
- [Grupo Atico34] Brecha digital. Definición, causas y consecuencias
- [Envejecimiento en red] La brecha digital por edad: los mayores continúan reduciéndola
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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.